ENTREVISTA 1 - 24/01/2017
VÍCTOR DANTAZ: "EL ARTE DE LA CONCIENCIA o LA CONSTRUCCIÓN CON OTROS"
POETAS WHATSAPPEADOS. Ciclo de entrevistas de Poetas del Interior (PdI).
Comprometido, familiero, amistoso, sindicalista, solidario y socialpensador, Víctor Dantaz es sanducero, nacido en 1968 y un incansable luchador por los derechos del trabajador a través de actividades sindicales y cooperativas que lleva adelante desde su juventud. Víctor dice que comenzó a escribir por necesidad pero sin pretensiones y que su amor por el arte y todo lo que este nos da y nos aporta espiritualmente lo tiene desde siempre, desde que le gustó tomar un pincel, una tela y dejar plasmada en ella su ser.
POETAS del INTERIOR: ¿Quién es Víctor Dantaz?
VÍCTOR DANTAZ: ¡Fah! Bueno, ¿Quién es Víctor Dantaz? (Risa) Está difícil. Hay que mirarse en el espejo, ¿no? Soy una persona común, con una familia, trabajé 25 años en la fábrica de hacer cerveza, siempre anduve en busca de lo que me gustaba que es trabajar en lo social y por allá por el 2005 (yo siempre escribía algo, pintaba, pintaba bastante) y por ese año se me dio por empezar a escribir un poco más fuerte e ingresé a un taller, "Sueñapalabra" acá en Paysandú, en la Alianza Francesa, y me largué. Si me tuviera que definir, no sé como definirme en realidad, quizás como alguien que anda buscando, todavía anda buscando, el camino, el camino con otros, creo que pasa por ahí el tema. Mi hija siempre dice que yo defino quién es la persona por lo que hace y, bueno, un poco lo que me gusta es eso, trabajar en lo social, trabajar con otros y escribir cuando me agarra un poco de soledad y ahora estoy escribiendo menos que antes. Uno es lo que hace, como diría mi hija, sí.
PdI: Justamente y antes de entrar estrictamente en la poesía yo quería preguntarte por lo social. Sé que tenés un compromiso social importante y, si bien, algo ya me contaste, te quería preguntar ¿cómo nace ese compromiso hacia el trabajador, hacia lo social y por qué?
V.D: Mirá eso nace hace muchísimos años, allá cuando tenía 11 o 12 años. Yo ingresé al movimiento scout. Era una persona muy introvertida, tenía muy pocos amigos, entonces un amigo, un vecino con el que eramos como hermanos me invitó a participar de este movimiento. Se trabajaba mucho en lo grupal, uno crecía con otros, aprendía del colectivo en el que estaba, te enseñaban a pensar y a pensarse junto con los otros, a construir en forma colectiva. Creo que así me empezó a nacer el tema del trabajo social. De ahí siempre trabajé en lo social, en lo gremial. Yo me hago un poco la idea poética de que nací el 20 Mayo del '68 ¿no? cuando había mucha vuelta y ahí creo que inconscientemente mamé algo también, pero siempre estuve preocupado por el tema de la construcción con otros y del compromiso político-social, no político partidario, sino político desde el pensamiento filosófico y hacia dónde apuntamos como sociedad. Ya de muy chico empezamos a conformar gremios, al momento de salir de la dictadura, gremios estudiantiles y después seguí trabajando a nivel gremial, ya sindical, en educación popular hasta que en esta última década profundicé un poco más en el tema más profesional y me recibí como trabajador social. Nace de ese movimiento que nos enseñó a tratar de dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos y encontrar la vocación propia y creo que mi vocación pasa por ahí. Trabajar para intentar transformar lo que nos rodea, lo que no es nada fácil.
Otro tema que trabajamos bastante con otros compañeros es el tema cooperativo. En algunas cooperativos o grupos asociativos donde intentamos sostener nuestra vida material y construir otras cosas, cooperativamente, cooperativas de trabajo, cooperativa con adolescentes, todo lo que refiere a la construcción con otros. Creo que uno se hace con otros, no se hace solo, el que diga que se hace solo... es imposible.
PdI: Dada esta fuerte condición social que manifestás y que tuviste siempre, ¿Considerás que buscaste la poesía como un refugio o que la poesía te buscó a vos?
V.D: No sé, capaz fue un encuentro entre ambos (risas). Otra cuestión que yo utilizo bastante cuando escribo es el tema de la naturaleza. Sí como un refugio. Yo creo que busqué escribir también en ese encuentro y en eso que uno trae de la construcción con los otros y en estas raíces o en esta génesis de mi construcción personal también hay mucha construcción desde la naturaleza. Todo partía o todo parte del encuentro con la naturaleza y creo que en lo que escribo muchas veces está puesto eso, ¿no? Ana María (Araujo), un vieja compañera de lucha que es psicóloga me decía como que yo buscaba en la naturaleza calmar mis ansiedades, mis dolores y creo que sí capaz pasa un poco por ahí, un refugio y una voz también para decirse y decirlo, ¿no? Te digo también que yo escribo pero no me considero un escritor, tampoco. Y no es falsa modestia, simplemente me considero alguien que escribe, sí, para expresar lo que siento, lo que me surge. A veces aparece como una vocecita que te está diciendo lo que tenés que poner o te nace pero no sabés ni de donde viene, supongo que de muy adentro, te digo sinceramente, no me considero un escritor porque tendría que haber leído muchísimo más y haber aprendido mucho más para ser un escritor. O sea que simplemente escribo lo que me sale. Creo que muchas veces es intentar dar explicación a aquello que no tiene razón de ser y calmar angustias, ansiedades y de alguna forma volver a nacer, volver a ofrecer allí, volver a la vida, quizás.
PdI: ¿Cuánto del poeta hay en el artista plástico y cuánto del artista plástico hay en el poeta? ¿Se complementan o son antagónicas esas dos actividades?
V.D: No, yo creo que todo es complementario, es una sola cosa. Donde uno se expresa, pone lo que es, se pone allí, se coloca allí, expresado en diferentes formas. La forma escrita, literaria y la otra forma expresando desde lo visual pero creo que para nada son antagónicas. No sé si serían complementarias, son la misma expresión realizada en diferentes formas, nada más, con diferentes técnicas, pero la expresión, el decir, es lo mismo, al menos en mi caso. Me puedo expresar dibujando, pintando, haciendo bajorrelieves o en forma visual como en el tema de la poesía. O sea yo me siento en el mismo mundo, en el mismo lugar cuando pinto y cuando escribo o cuando moldeo algo, que es lo que hago menos, pero cuando lo he hecho, me he sentido de la misma forma que cuando escribo. No lo tomaría como cosas separadas.
Creo que el escribir, el pintar tiene que ver con buscar un equilibrio. Especialmente cuando pinto, cuando escribo también, pero cuando pinto, es buscar el equilibrio emocional, el sentir, el hacer, el ser, es buscar ese equilibrio de conectarse con lo que uno es, lo que uno piensa, lo que uno siente.
Es que muchas veces no sabía que lo sentía, no sabía que lo pensaba, no sabía que estaba allí y nace, se vuelca, florece, crece, y queda vivo allí, ¿no?
PdI: Estuve releyendo poemas tuyos Víctor que aparecen en Arca de Letras, una Antología sanducera, la número 5. ¿No has publicado solo no?
V.D: Sí, esta Antología "Arca de Letras", es con el taller este que te contaba, Sueñapalabra y es la cuarta o quinta vez que publico con estos compañeros. Y sí publiqué una sola vez, en el año 2010 un pequeño librillo, muy chiquitito que se llamó "Construirse en poemas de amor y lucha". Fue lo único que publiqué solo. Después he publicado con estos compañeros que casi todos los años sacábamos un libro desde Sueñapalabra.
PdI: El librillo que me mencionás no lo conocía pero hay que reconocer que desde el título nos das una referencia de lo que hablábamos al principio, está claro tu enfoque en la vida y creo que queda muy bien evidenciado en ese título. Ahí está el Víctor luchador y comprometido. No sé si estás de acuerdo.
V.D: Bueno, por lo menos lo intentamos. Eso lo dirán los compañeros con los que he trabajado pero quise colocar en ese libro, con ese título lo que decía hoy, que con la poesía intento expresar mi sentir y lo que quiero. Ese librillo está conformado por una serie de ladrillitos como si fuera la construcción de una pared donde las personas que colaboraron para que yo lo pudiera hacer, colocaron una frase que a ellos les parecía, entonces además de mis escritos, de mis poemas, estás los sentires y pensares de toda la gente que estaba en ese momento trabajando conmigo o que era parte de mi vida o que me ayudó de diferente forma para que ese librillo fuera realidad y eso me llenó de regocijo porque se entrelazaron entre los versos que yo iba colocando.
PdI: Releyendo, como te decía, veo dos enfoques tuyos en la poesía, por un lado el Víctor generoso, el Víctor agradecido, el que le dedica poemas a la abuela Mamalín, a Lilián, a Marga, a Ana María, ese Víctor que quiere devolver lo que recibió de otros, incluso uno no tan personal como a José Carvajal, y después encuentro poemas muy existenciales, menos terrenales y más subidos a la nube del cuestionamiento: "Ya no pregunto", poemas de ese estilo. Por ahí me perece que va un poco lo tuyo ¿no? Un poco el Víctor familiar y amigo y otro poco el que cuestiona y que duda de todo.
V.D: Fa... si, a ver... Sí me gusta ser agradecido con todas las personas que me han ayudado a construirme, a ser quien soy y a reforzar valores también. Y sí, mi gran problema es el existencial, nunca me dejo de preguntar y eso me ayuda a seguir, por un lado y por otro, a veces me angustia demasiado porque a veces las respuestas a las preguntas no se encuentran entonces el tema de la poesía es como lo que te decía hoy, ayuda a buscar un equilibrio entre saber y no saber. Tengo una poesía, que ahora no recuerdo el nombre, que dice que no saber no es ignorancia, es dicha primera donde se aplacan todas las ansias, o algo así, no me acuerdo y sí creo que pasa por ahí, de los tiempos diferentes de cada uno de que por más que estemos en el mismo lugar vivimos en mundos diferentes, en tiempos diferentes... sí, sí... lo existencial a mí me pega fuerte y es un poco el camino que me guía a seguir aprendiendo a seguir preguntándome a seguir transitando
PdI: También hay un poeta preocupado por lo que ve, afligido por el mundo en el que sus hijos se están criando o se van a criar sus nietos. Fijate esto: "Ya no se ven gurises jugando en los baldíos del barrio/ quizá porque no quedan baldíos/ tal vez porque ya no queda el barrio..." y sino este otro en el mismo poema: "ancianos prematuros/ los niños del presente/ conviven entre ellos/ conectados entre ellos/ sin llegar a conocerse..." está bastante claro el concepto ¿verdad?
V.D: Hay un poema que dice "por qué somos, para qué somos/ si solo somos hoy/ un cuerpo lleno de vida/ se desarma y se vuele tierra..." o algo así. Por eso te decía, ahí hay dos cuestiones o tres que me inspiran para escribir. El tema de lo social, los vínculos, los afectos, el amor por supuesto, tengo muchos poemas de amor que capaz no los he publicado. Milton Nan siempre me pedía que le escribiera poemas de amor pero no los he publicado casi. El tema de la naturaleza y el tema de lo existencial, sí, eso me marca la vida, me ha marcado la vida desde muy chico.
Es un poco el legado del Sabalero, ¿no? Me viene un poco de ahi, un poco de vivencias, de como crecimos nosotros como gurises, donde no existían estas nuevas tecnologías y donde eramos niños que jugábamos, con lo corporal especialmente, jugábamos a inventar a soñar y como que ahora los chiquilines quedan encerrados en una burbuja, aislados, siendo más individualistas. Yo no digo que es ni mejor ni peor, y capaz es una frase hecha esa, pero lo que veo es que no hay un estímulo a la imaginación, al recrearse con el otro, de hacer con otros, el mojarse, empaparse, correr en el barro, creo que de ahí viene un poco lo el Sabalero; hacer barquitos en la lluvia, ir a la cañada a pescar mojarritas y correr a las ranas. Cosas que estimulaban a hacerlo con el otro, era mucho más el hecho de hacerlo sino el vínculo que creabas con tus amigos del barrio y eso sí cada vez lo veo menos. También de qué tipo de mundo estamos construyendo como seres humanos, el de desvicularnos, en el sentido de las emociones donde todo pasa por estos aparatitos donde los sentimientos quedan en un dibujito, en un macaquito que levanta el dedito para arriba o te muestra una sonrisa dibujada.
Hay una cuestión que allá en tu ciudad también debe haber pasado, el tema de los clubes de fútbol que marcaba a los barrios. El club de fútbol era donde la gente se juntaba, construía, hacía, trabajaba en comunidad y creo que lo comunitario se ha perdido bastante. Donde uno es por lo que tiene y no por lo que es y no por lo que comparte con el otro.
PdI: Lindo publicar con gente valiosa como sucede en la antología. Yo conozco a algunos, Liliám Silvera, Milton Nan, Margarita Heinze, Jorge Jesús, Lilián Toledo... supongo que son personas con las que se aprende mucho.
V.D: Sí, eso es impagable. Me acuerdo que cuando yo empecé a escribir y le llevé a Jorge para mostrarle, yo estaba terminando el liceo nocturno, no conocía a nadie que escribiera, yo andaba en otra cosa, a las 11y media de la noche, julio, un frío de morirse, y salgo el liceo y Jorge sube en un banquito, acurrucadito, muerto de frío, esperándome para invitarme al taller y contarme que era lo que hacían... eso es impagable, ¿no? con Lilián Toledo, con la esposa de Jorge, Liliám Silvera. Otras gurisas jóvenes, Paula Simonetti, por ejemplo, Liliana de Valli que no están en ese libro, uno intenta aprender con ellos, que a uno lo contagien y lo eso ayude a mejorar en sus técnicas. Pero también lo otro, el compartir, esos sentires y esa forma de ver el mundo con gente con tanta experiencia que ha vivido cosas tan buenas y no tan buenas y que las han sabido llevar adelante, luchar, salir. Salir a pesar de todas las adversidades, como es el caso de Jorge, de Lilián Toledo, LIliám Silvera. También ver los ojos brillantes de la gurisada nueva que iba al taller, esos ojos grandotes llenos de ilusiones, de ganas de vivir, de crear la vida, esas experiencias son imborrables e impagables.
PdI: Víctor, ya sabemos qué cosas te motivan a escribir, qué cosas te movilizan. ¿Sobre qué cosas no escribirías?
V.D: Está brava tu pregunta, pero.. a ver... ¿sobre qué no escribiría? y... sobre lo que no soy. Creo que sí. Sobre las cosas innecesarias, sobre las cosas burdas. No escribiría para hacerle favores a nadie. No se me ocurre porque para escribir es como te decía hoy, tenés que sentirlo, tenés que ser, tenés que estar allí en ese momento y no podría escribir más allá de lo que no soy, de lo que no siento y de lo que no me juego y de lo que no pienso. Si pudiera ubicarlo en algo, no te podría explicar qué, pero quizás me pondría en el poema de Celaya: "maldigo la poesía concebida como un lujo para los inelectuales". Los que lavándose las manos se desentienden y evaden. No, para esos no escribiría y de esas cosas no escribiría. Ahí me congratulo con Celaya totalmente, que la poesía tiene que ser como el aire que respirás, como dice él, ¿no? trece veces por minuto. La poesía es eso, la poesía es colocarte vos allí y no escribiría sobre lo que no soy, sobre lo que no pienso y sobre lo que no siento como te decía anteriormente.
No escribiría para los burgueses ni para nadie que somete a otro. En todos los sentidos de la palabra sometimiento. Para escribir hay que estar del otro lado de la trinchera, del lado de la gente, de las clases subordinadas al poder, a la explotación, escribiría para esa gente. Más allá que a veces nos hacer creer que tenemos un buen pasar, somos de la clase explotada de todas formas, por los grandes capitales, por las grandes empresas que manejan este mundo.
PdI: Una pregunta con una respuesta casi obvia, Víctor, ¿qué papel juega la familia en esta actividad creativa que intentamos hacer, mal o bien y que nos desvive a veces?
V.D: Y sí, la familia es parte de uno. Si yo no hubiese tenido el apoyo de la familia no sería quien soy, ni estaría acá, ni estaría haciendo lo que estoy haciendo. Desde mis hijos, mi compañera, que a veces me apoya mucho más de lo que yo la apoyo a ella, eso es así. La familia es parte de esta construcción porque uno se construye con ellos en un intercambio permanente. Mis hijos me han enseñado mucho y a veces más de lo que yo pude haberles enseñado. Mi señora ha sido un sostén siempre, un apoyo insesante, incansable. Nos hemos podido construir juntos en las buenas, en las malas, en las medianas. Hace 28 años que estamos juntos construyéndonos y eso ha sido fundamental para poder ser y hacer.
PdI: Para ir cerrando, Víctor. ¿Planes futuros?
V.D: Habíamos pensado hacer acá, y lo había comentado con Susy Fontes y Sergio Olivera, su marido que es escultor, hacer un evento de poesía, escultura, pintura, música... bueno arte en general. Así que si sale estamos en contacto y te aviso.
Te agradezco un montón por la nota ya que me hiciste revivir y movilizar cosas adentro con tus preguntas. Arriba y a seguir construyendo que se puede. Abrazo.
Víctor se despide y se disculpa porque tiene una reunión con una escribana a raíz del trabajo con una cooperativa... o sea consecuente, recto y honesto a más no poder, esto es más de lo que ya nos habló, su vida y la solidaridad, el cooperativismo y la hermandad social.
NOTA: Javier Dos Santos para Poetas del Interior.
VÍCTOR DANTAZ: "EL ARTE DE LA CONCIENCIA o LA CONSTRUCCIÓN CON OTROS"
POETAS WHATSAPPEADOS. Ciclo de entrevistas de Poetas del Interior (PdI).
Comprometido, familiero, amistoso, sindicalista, solidario y socialpensador, Víctor Dantaz es sanducero, nacido en 1968 y un incansable luchador por los derechos del trabajador a través de actividades sindicales y cooperativas que lleva adelante desde su juventud. Víctor dice que comenzó a escribir por necesidad pero sin pretensiones y que su amor por el arte y todo lo que este nos da y nos aporta espiritualmente lo tiene desde siempre, desde que le gustó tomar un pincel, una tela y dejar plasmada en ella su ser.
POETAS del INTERIOR: ¿Quién es Víctor Dantaz?
VÍCTOR DANTAZ: ¡Fah! Bueno, ¿Quién es Víctor Dantaz? (Risa) Está difícil. Hay que mirarse en el espejo, ¿no? Soy una persona común, con una familia, trabajé 25 años en la fábrica de hacer cerveza, siempre anduve en busca de lo que me gustaba que es trabajar en lo social y por allá por el 2005 (yo siempre escribía algo, pintaba, pintaba bastante) y por ese año se me dio por empezar a escribir un poco más fuerte e ingresé a un taller, "Sueñapalabra" acá en Paysandú, en la Alianza Francesa, y me largué. Si me tuviera que definir, no sé como definirme en realidad, quizás como alguien que anda buscando, todavía anda buscando, el camino, el camino con otros, creo que pasa por ahí el tema. Mi hija siempre dice que yo defino quién es la persona por lo que hace y, bueno, un poco lo que me gusta es eso, trabajar en lo social, trabajar con otros y escribir cuando me agarra un poco de soledad y ahora estoy escribiendo menos que antes. Uno es lo que hace, como diría mi hija, sí.
PdI: Justamente y antes de entrar estrictamente en la poesía yo quería preguntarte por lo social. Sé que tenés un compromiso social importante y, si bien, algo ya me contaste, te quería preguntar ¿cómo nace ese compromiso hacia el trabajador, hacia lo social y por qué?
V.D: Mirá eso nace hace muchísimos años, allá cuando tenía 11 o 12 años. Yo ingresé al movimiento scout. Era una persona muy introvertida, tenía muy pocos amigos, entonces un amigo, un vecino con el que eramos como hermanos me invitó a participar de este movimiento. Se trabajaba mucho en lo grupal, uno crecía con otros, aprendía del colectivo en el que estaba, te enseñaban a pensar y a pensarse junto con los otros, a construir en forma colectiva. Creo que así me empezó a nacer el tema del trabajo social. De ahí siempre trabajé en lo social, en lo gremial. Yo me hago un poco la idea poética de que nací el 20 Mayo del '68 ¿no? cuando había mucha vuelta y ahí creo que inconscientemente mamé algo también, pero siempre estuve preocupado por el tema de la construcción con otros y del compromiso político-social, no político partidario, sino político desde el pensamiento filosófico y hacia dónde apuntamos como sociedad. Ya de muy chico empezamos a conformar gremios, al momento de salir de la dictadura, gremios estudiantiles y después seguí trabajando a nivel gremial, ya sindical, en educación popular hasta que en esta última década profundicé un poco más en el tema más profesional y me recibí como trabajador social. Nace de ese movimiento que nos enseñó a tratar de dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos y encontrar la vocación propia y creo que mi vocación pasa por ahí. Trabajar para intentar transformar lo que nos rodea, lo que no es nada fácil.
Otro tema que trabajamos bastante con otros compañeros es el tema cooperativo. En algunas cooperativos o grupos asociativos donde intentamos sostener nuestra vida material y construir otras cosas, cooperativamente, cooperativas de trabajo, cooperativa con adolescentes, todo lo que refiere a la construcción con otros. Creo que uno se hace con otros, no se hace solo, el que diga que se hace solo... es imposible.
PdI: Dada esta fuerte condición social que manifestás y que tuviste siempre, ¿Considerás que buscaste la poesía como un refugio o que la poesía te buscó a vos?
V.D: No sé, capaz fue un encuentro entre ambos (risas). Otra cuestión que yo utilizo bastante cuando escribo es el tema de la naturaleza. Sí como un refugio. Yo creo que busqué escribir también en ese encuentro y en eso que uno trae de la construcción con los otros y en estas raíces o en esta génesis de mi construcción personal también hay mucha construcción desde la naturaleza. Todo partía o todo parte del encuentro con la naturaleza y creo que en lo que escribo muchas veces está puesto eso, ¿no? Ana María (Araujo), un vieja compañera de lucha que es psicóloga me decía como que yo buscaba en la naturaleza calmar mis ansiedades, mis dolores y creo que sí capaz pasa un poco por ahí, un refugio y una voz también para decirse y decirlo, ¿no? Te digo también que yo escribo pero no me considero un escritor, tampoco. Y no es falsa modestia, simplemente me considero alguien que escribe, sí, para expresar lo que siento, lo que me surge. A veces aparece como una vocecita que te está diciendo lo que tenés que poner o te nace pero no sabés ni de donde viene, supongo que de muy adentro, te digo sinceramente, no me considero un escritor porque tendría que haber leído muchísimo más y haber aprendido mucho más para ser un escritor. O sea que simplemente escribo lo que me sale. Creo que muchas veces es intentar dar explicación a aquello que no tiene razón de ser y calmar angustias, ansiedades y de alguna forma volver a nacer, volver a ofrecer allí, volver a la vida, quizás.
PdI: ¿Cuánto del poeta hay en el artista plástico y cuánto del artista plástico hay en el poeta? ¿Se complementan o son antagónicas esas dos actividades?
V.D: No, yo creo que todo es complementario, es una sola cosa. Donde uno se expresa, pone lo que es, se pone allí, se coloca allí, expresado en diferentes formas. La forma escrita, literaria y la otra forma expresando desde lo visual pero creo que para nada son antagónicas. No sé si serían complementarias, son la misma expresión realizada en diferentes formas, nada más, con diferentes técnicas, pero la expresión, el decir, es lo mismo, al menos en mi caso. Me puedo expresar dibujando, pintando, haciendo bajorrelieves o en forma visual como en el tema de la poesía. O sea yo me siento en el mismo mundo, en el mismo lugar cuando pinto y cuando escribo o cuando moldeo algo, que es lo que hago menos, pero cuando lo he hecho, me he sentido de la misma forma que cuando escribo. No lo tomaría como cosas separadas.
Creo que el escribir, el pintar tiene que ver con buscar un equilibrio. Especialmente cuando pinto, cuando escribo también, pero cuando pinto, es buscar el equilibrio emocional, el sentir, el hacer, el ser, es buscar ese equilibrio de conectarse con lo que uno es, lo que uno piensa, lo que uno siente.
Es que muchas veces no sabía que lo sentía, no sabía que lo pensaba, no sabía que estaba allí y nace, se vuelca, florece, crece, y queda vivo allí, ¿no?
PdI: Estuve releyendo poemas tuyos Víctor que aparecen en Arca de Letras, una Antología sanducera, la número 5. ¿No has publicado solo no?
V.D: Sí, esta Antología "Arca de Letras", es con el taller este que te contaba, Sueñapalabra y es la cuarta o quinta vez que publico con estos compañeros. Y sí publiqué una sola vez, en el año 2010 un pequeño librillo, muy chiquitito que se llamó "Construirse en poemas de amor y lucha". Fue lo único que publiqué solo. Después he publicado con estos compañeros que casi todos los años sacábamos un libro desde Sueñapalabra.
PdI: El librillo que me mencionás no lo conocía pero hay que reconocer que desde el título nos das una referencia de lo que hablábamos al principio, está claro tu enfoque en la vida y creo que queda muy bien evidenciado en ese título. Ahí está el Víctor luchador y comprometido. No sé si estás de acuerdo.
V.D: Bueno, por lo menos lo intentamos. Eso lo dirán los compañeros con los que he trabajado pero quise colocar en ese libro, con ese título lo que decía hoy, que con la poesía intento expresar mi sentir y lo que quiero. Ese librillo está conformado por una serie de ladrillitos como si fuera la construcción de una pared donde las personas que colaboraron para que yo lo pudiera hacer, colocaron una frase que a ellos les parecía, entonces además de mis escritos, de mis poemas, estás los sentires y pensares de toda la gente que estaba en ese momento trabajando conmigo o que era parte de mi vida o que me ayudó de diferente forma para que ese librillo fuera realidad y eso me llenó de regocijo porque se entrelazaron entre los versos que yo iba colocando.
PdI: Releyendo, como te decía, veo dos enfoques tuyos en la poesía, por un lado el Víctor generoso, el Víctor agradecido, el que le dedica poemas a la abuela Mamalín, a Lilián, a Marga, a Ana María, ese Víctor que quiere devolver lo que recibió de otros, incluso uno no tan personal como a José Carvajal, y después encuentro poemas muy existenciales, menos terrenales y más subidos a la nube del cuestionamiento: "Ya no pregunto", poemas de ese estilo. Por ahí me perece que va un poco lo tuyo ¿no? Un poco el Víctor familiar y amigo y otro poco el que cuestiona y que duda de todo.
V.D: Fa... si, a ver... Sí me gusta ser agradecido con todas las personas que me han ayudado a construirme, a ser quien soy y a reforzar valores también. Y sí, mi gran problema es el existencial, nunca me dejo de preguntar y eso me ayuda a seguir, por un lado y por otro, a veces me angustia demasiado porque a veces las respuestas a las preguntas no se encuentran entonces el tema de la poesía es como lo que te decía hoy, ayuda a buscar un equilibrio entre saber y no saber. Tengo una poesía, que ahora no recuerdo el nombre, que dice que no saber no es ignorancia, es dicha primera donde se aplacan todas las ansias, o algo así, no me acuerdo y sí creo que pasa por ahí, de los tiempos diferentes de cada uno de que por más que estemos en el mismo lugar vivimos en mundos diferentes, en tiempos diferentes... sí, sí... lo existencial a mí me pega fuerte y es un poco el camino que me guía a seguir aprendiendo a seguir preguntándome a seguir transitando
PdI: También hay un poeta preocupado por lo que ve, afligido por el mundo en el que sus hijos se están criando o se van a criar sus nietos. Fijate esto: "Ya no se ven gurises jugando en los baldíos del barrio/ quizá porque no quedan baldíos/ tal vez porque ya no queda el barrio..." y sino este otro en el mismo poema: "ancianos prematuros/ los niños del presente/ conviven entre ellos/ conectados entre ellos/ sin llegar a conocerse..." está bastante claro el concepto ¿verdad?
V.D: Hay un poema que dice "por qué somos, para qué somos/ si solo somos hoy/ un cuerpo lleno de vida/ se desarma y se vuele tierra..." o algo así. Por eso te decía, ahí hay dos cuestiones o tres que me inspiran para escribir. El tema de lo social, los vínculos, los afectos, el amor por supuesto, tengo muchos poemas de amor que capaz no los he publicado. Milton Nan siempre me pedía que le escribiera poemas de amor pero no los he publicado casi. El tema de la naturaleza y el tema de lo existencial, sí, eso me marca la vida, me ha marcado la vida desde muy chico.
Es un poco el legado del Sabalero, ¿no? Me viene un poco de ahi, un poco de vivencias, de como crecimos nosotros como gurises, donde no existían estas nuevas tecnologías y donde eramos niños que jugábamos, con lo corporal especialmente, jugábamos a inventar a soñar y como que ahora los chiquilines quedan encerrados en una burbuja, aislados, siendo más individualistas. Yo no digo que es ni mejor ni peor, y capaz es una frase hecha esa, pero lo que veo es que no hay un estímulo a la imaginación, al recrearse con el otro, de hacer con otros, el mojarse, empaparse, correr en el barro, creo que de ahí viene un poco lo el Sabalero; hacer barquitos en la lluvia, ir a la cañada a pescar mojarritas y correr a las ranas. Cosas que estimulaban a hacerlo con el otro, era mucho más el hecho de hacerlo sino el vínculo que creabas con tus amigos del barrio y eso sí cada vez lo veo menos. También de qué tipo de mundo estamos construyendo como seres humanos, el de desvicularnos, en el sentido de las emociones donde todo pasa por estos aparatitos donde los sentimientos quedan en un dibujito, en un macaquito que levanta el dedito para arriba o te muestra una sonrisa dibujada.
Hay una cuestión que allá en tu ciudad también debe haber pasado, el tema de los clubes de fútbol que marcaba a los barrios. El club de fútbol era donde la gente se juntaba, construía, hacía, trabajaba en comunidad y creo que lo comunitario se ha perdido bastante. Donde uno es por lo que tiene y no por lo que es y no por lo que comparte con el otro.
PdI: Lindo publicar con gente valiosa como sucede en la antología. Yo conozco a algunos, Liliám Silvera, Milton Nan, Margarita Heinze, Jorge Jesús, Lilián Toledo... supongo que son personas con las que se aprende mucho.
V.D: Sí, eso es impagable. Me acuerdo que cuando yo empecé a escribir y le llevé a Jorge para mostrarle, yo estaba terminando el liceo nocturno, no conocía a nadie que escribiera, yo andaba en otra cosa, a las 11y media de la noche, julio, un frío de morirse, y salgo el liceo y Jorge sube en un banquito, acurrucadito, muerto de frío, esperándome para invitarme al taller y contarme que era lo que hacían... eso es impagable, ¿no? con Lilián Toledo, con la esposa de Jorge, Liliám Silvera. Otras gurisas jóvenes, Paula Simonetti, por ejemplo, Liliana de Valli que no están en ese libro, uno intenta aprender con ellos, que a uno lo contagien y lo eso ayude a mejorar en sus técnicas. Pero también lo otro, el compartir, esos sentires y esa forma de ver el mundo con gente con tanta experiencia que ha vivido cosas tan buenas y no tan buenas y que las han sabido llevar adelante, luchar, salir. Salir a pesar de todas las adversidades, como es el caso de Jorge, de Lilián Toledo, LIliám Silvera. También ver los ojos brillantes de la gurisada nueva que iba al taller, esos ojos grandotes llenos de ilusiones, de ganas de vivir, de crear la vida, esas experiencias son imborrables e impagables.
PdI: Víctor, ya sabemos qué cosas te motivan a escribir, qué cosas te movilizan. ¿Sobre qué cosas no escribirías?
V.D: Está brava tu pregunta, pero.. a ver... ¿sobre qué no escribiría? y... sobre lo que no soy. Creo que sí. Sobre las cosas innecesarias, sobre las cosas burdas. No escribiría para hacerle favores a nadie. No se me ocurre porque para escribir es como te decía hoy, tenés que sentirlo, tenés que ser, tenés que estar allí en ese momento y no podría escribir más allá de lo que no soy, de lo que no siento y de lo que no me juego y de lo que no pienso. Si pudiera ubicarlo en algo, no te podría explicar qué, pero quizás me pondría en el poema de Celaya: "maldigo la poesía concebida como un lujo para los inelectuales". Los que lavándose las manos se desentienden y evaden. No, para esos no escribiría y de esas cosas no escribiría. Ahí me congratulo con Celaya totalmente, que la poesía tiene que ser como el aire que respirás, como dice él, ¿no? trece veces por minuto. La poesía es eso, la poesía es colocarte vos allí y no escribiría sobre lo que no soy, sobre lo que no pienso y sobre lo que no siento como te decía anteriormente.
No escribiría para los burgueses ni para nadie que somete a otro. En todos los sentidos de la palabra sometimiento. Para escribir hay que estar del otro lado de la trinchera, del lado de la gente, de las clases subordinadas al poder, a la explotación, escribiría para esa gente. Más allá que a veces nos hacer creer que tenemos un buen pasar, somos de la clase explotada de todas formas, por los grandes capitales, por las grandes empresas que manejan este mundo.
PdI: Una pregunta con una respuesta casi obvia, Víctor, ¿qué papel juega la familia en esta actividad creativa que intentamos hacer, mal o bien y que nos desvive a veces?
V.D: Y sí, la familia es parte de uno. Si yo no hubiese tenido el apoyo de la familia no sería quien soy, ni estaría acá, ni estaría haciendo lo que estoy haciendo. Desde mis hijos, mi compañera, que a veces me apoya mucho más de lo que yo la apoyo a ella, eso es así. La familia es parte de esta construcción porque uno se construye con ellos en un intercambio permanente. Mis hijos me han enseñado mucho y a veces más de lo que yo pude haberles enseñado. Mi señora ha sido un sostén siempre, un apoyo insesante, incansable. Nos hemos podido construir juntos en las buenas, en las malas, en las medianas. Hace 28 años que estamos juntos construyéndonos y eso ha sido fundamental para poder ser y hacer.
PdI: Para ir cerrando, Víctor. ¿Planes futuros?
V.D: Habíamos pensado hacer acá, y lo había comentado con Susy Fontes y Sergio Olivera, su marido que es escultor, hacer un evento de poesía, escultura, pintura, música... bueno arte en general. Así que si sale estamos en contacto y te aviso.
Te agradezco un montón por la nota ya que me hiciste revivir y movilizar cosas adentro con tus preguntas. Arriba y a seguir construyendo que se puede. Abrazo.
Víctor se despide y se disculpa porque tiene una reunión con una escribana a raíz del trabajo con una cooperativa... o sea consecuente, recto y honesto a más no poder, esto es más de lo que ya nos habló, su vida y la solidaridad, el cooperativismo y la hermandad social.
NOTA: Javier Dos Santos para Poetas del Interior.
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