ENTREVISTA 8 – 07/05/2017
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POETAS WHATSAPPEADOS. Ciclo de entrevistas de
Poetas del Interior (PdI)
(Siempre) Generando
DESDE el interior...
Daniel Da Rosa, nacido
en Santa Lucia, Canelones. Profesor, poeta y dramaturgo, es un
constante buscador de realidades poéticas, abierto siempre a los
aportes del entorno y a las relaciones intergeneracionales que dejen
en él nuevas experiencias y nuevos desafíos. Atento a las
expresiones artística que lo rodean es un fiel enredador de versos,
un aprovechador de momentos porque para él, muchas veces la lírica
son “momentos” que deben sortear el filtro de sus emociones y de
su humanidad para explotar en versos.
POETAS DEL INTERIOR:
¿Quién es Daniel Da Rosa?
DANIEL DA ROSA:
Bien, como bien dijiste mi nombre es Daniel Da Rosa. Soy de Santa
Lucía, departamento de Canelones. Soy del '54 así que ustedes
saquen la cuenta de la edad que tengo. Soy docente de Idioma Español.
Estoy actualmente integrando un grupo de teatro que se llama
“Pilares”. Estamos en este momento en la regional de Fray Bentos,
ciudad que ya estoy queriendo mucho. Me gusta mucho Fray Bentos. Y
bueno, desde el punto de vista literario mis antecedentes, por
decirlo de alguna manera, comienzan allá por los años setenta y
pico haciendo letras de canciones para un grupo que se llamó
Minotauro, de Santa Lucía, después llegué a hacer algunas letras
para el grupo de Montevideo Cantaliso. Y bueno... desde los catorce
años, más o menos, quizás antes, ya había empezado a escribir
poesía y... bien, después vino, ya sabemos, la dictadura, mucho no
se podía hacer pero sin embargo seguimos escribiendo y
combatiendo... también por decirlo de algún modo, ¿verdad? Y
finalmente al regreso de la democracia, ya con cierta madurez
empezamos a escribir de otra forma y como que se fue abriendo un
poco... abriendo los caminos para compartir la poesía que uno hace.
Allá por el setenta y pico también llegué a publicar un libro que
se llamó “No me toques mi poesía” por una editorial que
habíamos hecho con unos amigos que se llamaba Editorial Del Tren.
Con esa editorial logramos editar, si mal no recuerdo, cuatro libros,
entre ellos el mío. En aquella época la economía no era muy buena.
No vendíamos muchos libros y terminó sucumbiendo la editorial.
También había hecho, a través del viejo mimiógrafo, habíamos
hecho algunos libros artesanales. Ahí hicimos un libro que se llamó
“Las Primeras Armas”, también de poesía y bueno, solo me
queda como objeto único que tengo en casa, porque hicimos pocos
ejemplares, se vendieron y no sé quienes los tendrán. Además, te
puedo decir otra cosa, en esa época también llegué a integrar un
grupo de teatro que se llamaba “Grupo de Teatro Contemporáneo”
también de Santa Lucía... y, capaz que se me escapa alguna cosa.
Bueno, después sí, escribí poemas en algunas revistas también,
“Bicéfalos”. Además tengo algún material en la página web
derechodigital.com. Ustedes pueden entrar por esa web y van a
encontrar ahí mucho material de poesía de narrativa... está muy
bien esa página, la recomiendo... y bien, no sé, en este momento,
se me puede escapar alguna otra cosa pero...
PdI: Contame
Daniel qué estás haciendo específicamente hoy acá, en Fray
Bentos.
D.D: Bueno,
eeehh. Con el grupo de teatro Pilares estamos aquí representando una
obra que escribí y quiero hacer hincapié en que la escribí porque
las tres actrices jóvenes a quienes el Director del grupo Nelson
Castillo les dio la oportunidad de actuar, porque como bien dice él
hay que darle también cabida a la gente joven en esto del arte, en
este caso en el teatro y así tendría que ser con todo, ¿no?,
literatura, teatro, cine, pintura. Yo creo que sí, los jóvenes ya
tienen que estar junto con nosotros los, entre comillas, dinosaurios
del arte. Y bueno, en base a unas ideas de estas tres actrices, tres
ideas diferentes, surgieron tres relatos diferentes. El primero tiene
que ver con la violencia de género, el abuso sexual. El otro relato
tiene que ver con el suicidio y la soledad del adolescente porque
pensemos que el suicidio no solo pasa en Suecia, en Japón y en
China, sino también acá en Uruguay y si bien el personaje fue
tomado desde un punto de vista japonés pero hay mucho de nosotros, y
el tercer relato tiene que ver con las andanzas de una estudiante en
un ómnibus, sobre todo en los ómnibus que van de Santa Lucía a
Montevideo a diario y las peripecias que sufre esa estudiante que es
una especie de comedia. No deja de ser un drama allá, viajar de
Santa Luía a Montevideo, pero lo hicimos en tono de comedia. Y
bueno, estamos en esta regional aquí en Fray Bentos, esperemos que
el jurado nos elija para participar en la Bienal de Paysandú, que se
va a realizar muy pronto también y bien, por eso estoy aquí en Fray
Bentos.
PdI: Como
esta página apunta básicamente a la poesía quería preguntarte,
cómo llegaste a la poesía o, dicho de otra manera, ¿Vos llegaste a
la poesía o la poesía llegó a vos?
D.D: Yo creo que
en mi caso la poesía llegó a mí. Puedo contar la anécdota de cómo
llegó porque la recuerdo nítidamente. Espero no aburrir con esto
(se ríe), pero resulta que tenía doce años, ya estaba en sexto
grado, yo vivía en esos momentos en Los Cerrillos, un pueblo... una
ciudad ahora del departamento de Canelones y un amigo de la infancia,
de sexto grado se había enamorado de una chica y no sabía cómo
decirle de ese enamoramiento. Me preguntó a mí, y yo menos sabía
que él pero le dije que sí que lo iba a ayudar que podíamos
escribirle una carta ya que no quería encararla, o sea cara a cara,
y después que se fue me quedé preguntando... ¡¡fáhh!! ¿En qué
me metí? ¿En camisa de once varas? ¿Cómo hago yo para escribir
una carta si nunca he escrito una carta y menos de amor ¡y a los
doce años! En aquella época era muy usual encontrar en las casas,
los cancioneros, los cancioneros de ese momento y empecé a leer las
canciones, empecé a encontrar como que había un poco, desde ese
punto de vista infantil, digamos, empecé a encontrar cierta poesía,
empecé a robar ideas y bueno, armé una carta que me quedó
espectacular. De manera que mi amigo tuvo éxito con la chica que,
confesémoslo ahora, a mí también me gustaba (risas) y bueno,
después de eso empecé a leer más cancioneros que, obviamente me
llevaron a los libros, y ahí la poesía me atrapó, me atrapó de
esa manera y así seguí.
PdI: ¿Te
animás a definir tu poesía? ¿Tiene un estilo propio?
D.D:
Bueno... esa sí que es una pregunta difícil porque si bien los que
conocen mi poesía dicen que tengo un cierto estilo, yo no me doy
cuenta del mismo porque en realidad yo escribo con sensaciones, con
las vivencias. No es que busque un tema en particular ni que me
dedique a hacer un trabajo en capítulos o en esa forma, no. Creo que
no tengo un estilo sin embargo lo que quizá me defina como estilo es
hacer el verso libre, todo lo que escribo es en verso libre. Hasta a
la prosa también la hago en forma libre, faltándole el respeto a
las comas y los puntos y yo creo que anda por ahí mi forma de ser.
Yo creo que ahora releo mis poemas y tienen mi forma de ser como
persona y que tiene que ver con mi forma de sentir el mundo, de ver
el mundo. Y no mucho más. No te puedo decir mucho más porque no me
gusta encasillar a ningún poeta y menos a mí porque por ejemplo
¿qué me pasa con la poesía de los otros poetas? Que más allá de
la sintaxis y todo lo que tenga que ver con lo gramático, par mí
todo eso resulta secundario después de ver qué sentí con lo que
leí.
PdI:
¿Así
que la idea es no encasillarte ni concentrarte en una solo forma de
escribir?
D.D:
Claro, como te estaba diciendo, para el segundo libro que voy a
editar, del que estuvimos hablando hoy y que después si querés
hablamos de él, tuve que leer todo el material que tengo de los
últimos años y busqué que tuvieran una temática parecida o afín
porque yo escribo mucho con mis sentimientos, como decía hace un
rato. Este cielo de ahora en Fray Bentos me puede inspirar escribir
algunos versos y mañana voy a Santa Lucía y el río de Santa Lucía
me puede inspirar otros y puede ser la temática totalmente
diferente. Hoy el cielo de Fray Bentos me puede resultar la vida y
mañana el río en Santa Lucía puede ser la muerte por ejemplo.
PdI:
Me
contaste que estás por editar dos libros, uno por Yaugurú y otro
con una editorial nueva, San Juan. Contame un poquito con que nos
vamos a encontrar.
D.D:
Ahora prontito nomás, yo creo que en cuestión de días o de semanas
(N.R. la nota es de Mayo) voy a publicar por editorial Yaugurú,
gracias al gran amigo Maca (Gustavo Wojciechowski)
un poemario que se llama “Café Sportman. Memorias” que tiene que
ver con un lugar que era un bar, confitería y peluquería en Santa
Lucía. Y bueno... tuve la suerte que al Maca le gustó mucho el
poemario. La gran oportunidad de publicar con Yaugurú, que es una
editorial que todos conocemos, con su responsabilidad y su dedicación
a la literatura porque el Maca no solo poesía edita, sino también
narrativa, pero fundamentalmente poesía y ahí tenemos un lugar
donde poder publicar, muy recomendable, solo con hablar con él, ya
está.
Con la otra editorial, Libros de San Juan vamos a publicar un libro
que se va a llamar... no, se llama “Poemas Des-leídos” y como te
explicaba anteriormente, es como un especie de antología de varios
años escribiendo poesía. También “Poemas Des-leídos, creo que
afines de mayo o principios de junio, va aparecer a la venta al
público, así que bueno, se pueden imaginar la alegría que uno
puede tener con esto de imprimir... ehh, (se corrige) de editar.
PdI: ¿Es
difícil se poeta? ¿Y en Uruguay?
D.D: En Uruguay,
sí. Es difícil sí. Yo he andado por otros países y he conocido
otros poetas y tienen más
facilidades. Igual las editoriales en cualquier lugar del mundo se
inclinan más
por las novelas, en primer lugar, y después si tuviste éxito con la
novela, seguramente, si tenés cuentos te editan los cuentos, y si
también escribís poesía, en tercer, lugar creo que te editan
poesía. Y bueno, acá también hay algo que nos perjudica y es que
somos un país chico, pero bueno, uno se tiene que revolver como se
pueda. Y acá viene la pregunta ¿uno para qué escribe? Si escribe
para uno o si escribe para otros y yo cuando entro en este tipo de
conversaciones siempre digo... yo escribo no solo para mí, escribo
para alguien más
también. Para que la otra persona que lo vaya a leer encuentre
aunque sea un verso con que se sienta identificado, que lo represente
o que lo haga sentir otras cosas. Abrir heridas, cerrar heridas.
Abrir amores, cerrar amores.
PdI:
¿Hay algo sobre lo que no te interesaría escribir? ¿Hay temas
tabúes o alejados de tus intereses, sea política, social o hasta
románticamente,
incluso?
D.D: En realidad
no tengo definido qué, pero yo pienso que eso se da por etapas
porque cuando yo era más
joven llegué a escribir poesía política, por ejemplo y ahora en
estos momento, no me sale, no me interesa. Además yo sé que hay
otros poetas que sí, que lo hacen y lo hacen muy bien, y me parece
que en el amplio espectro de poetas que hay en Uruguay, está
bien que algunos escribamos poemas políticos y otros no. Me encanta
a mí eso. Ya te digo, lo mío tiene que ver más
que nada con los sentimientos, con los sentimientos de lo cotidiano,
que tiene que ver con la soledad, con el amor, con la muerte, con eso
en lo que parece que no pensamos pero sí pensamos.
PdI: Son
los temas que eternamente han preocupado a los poetas, que se repiten
y se repiten y nunca caducan.
D.D:
Exactamente, exactamente. También digo eso, no estamos inventando
nada nuevo los poetas de este siglo, de este siglo XXI. En realidad
todos los que escribimos estamos escribiendo sobre lo que ya han
hablado otros poetas desde la época de los griegos, sin duda. Porque
por más
que vos inventes... podés inventar como hizo Kubrick con La Naranja
Mecánica que inventó
un nuevo lenguaje, pero.. ahí quedó
también el lenguaje ¿no? en eso... también está
inventado, pero bueno... creo que lo que no está
inventado es lo que uno siente. Porque si bien
tenemos sentimientos... yo creo que tenemos sentimientos similares,
en definitiva nunca vamos a poder escribir realmente lo que uno
siente, porque es difícil, es difícil porque en realidad lo que
estamos haciendo nosotros es... estamos interpretando sentimientos.
Yo creo que pasa por ahí, que interpretamos sentimientos, y como
vivimos en sociedad... en un entramado social que nos acerca unos a
otros, por más
que haya marginalidad por un lado y por otro no, los sentimientos
siempre son los mismos. El asunto en esa interpretación está
en cómo plasmarlo... en este caso, los poetas
en la escritura.
PdI: El
mundo ha cambiado mucho respeto a la posibilidad que tenemos hoy de
comunicaros de encontrarnos, de conocernos, de leernos. Porque los
medios y las redes sociales han hecho que todo se acerque más
y ha sido más
fácil conocer muchos más
poetas de lo que capaz conocíamos hace veinte años atrás. En ese
contexto ¿cómo vez la poesía de hoy en día? Tanto la que circula
en los medios y la que se oficializa también.
D.D: Bueno...
varias cosas sobre esto de las redes sociales. En primer lugar que
está bueno que hayan redes sociales y que podamos publicar o mostrar
lo que escribimos a través de ellas por medio de páginas que muchos
conocemos, ¿no? Pero también esta el libro. Y si bien hay mucha
gente que se resiente de esto, de escribir en las redes sociales, y
hablemos claramente, en el Facebook que es lo que más moviliza
exactamente. Yo a veces me resiento de escribir pero no dejo de
admitir que está muy bueno y que lo voy a hacer porque es una forma
también de mostrar lo que uno escribe por más que yo ame el papel,
porque a mi me gustan más los libros, sentirles el olor... bueno, lo
que ya sabemos sobre el libro. Sobre la poesía, bueno... sigue
habiendo la diversidad en este Uruguay de hoy y algo que le he dicho
a mis amigos que a raíz de estos movimientos en redes sociales me ha
mostrado la cantidad de escritores que hay, la cantidad de poetas y
me asombra eso. Porque siendo un país tan pequeño cómo
puede haber tantos escritores, tantos poetas, por eso hablo de la
diversidad. Por lo tanto en esa diversidad vamos a encontrar de todo
un poco, hablemos así, claramente, de todo un poco. Nos podrá
gustar o no lo que algunos escriben pero están ahí. De algún modo
está bueno que haya también democracia en eso.
PdI: Y en
cierta forma en lugares como Fray Bentos o Santa Lucia quizás el que
escribía, antes se quedaba solo ahí. Y hoy en día tenemos una
difusión mayor a través de esto.
D.D: Si, si, sin
dudas. Porque mucha gente en Santa Lucía me encuentra como a
cualquier vecino comprando pan o en la carnicería o andando en las
calles y me saludan pero ya saben que yo me dedico a escribir. Y a
través de estos nuevos medios de comunicación tecnológicos sabemos
que hay otra gente que sabe que uno escribe también, y está bueno.
PdI: Para
ir cerrando, contame Daniel cómo
está la cultura allá en Santa Lucía. Se mueve, está chato, ¿
cómo
se manifiesta?
D.D: Bueno,
empezando que la cultura se mueve poco porque las instituciones
públicas no ayudan mucho en ese sentido, siempre hay que andar
remando para conseguir un lugar para encontrarse con otros colegas
escritores para hacer por ejemplo un evento de lecturas, entonces
¿qué va pasando? Los escritores en la ciudad se van dispersando, se
van encontrando menos. No quiere decir que se dejen de encontrar
porque en algún momento, tarde o temprano se encuentran porque se
buscan. En el teatro también, ahora que estoy en el teatro de lleno,
de vuelta después de veterano otra vez en las lides teatrales,
también anda por los mismo caminos, luchando. Por suerte tenemos un
lugar donde hacer teatro, pero ha sido todo una lucha. Además el
grupo tiene comprado un terreno y está en los papeleos, en la
burocracia del papeleo para empezar después a construir y para
empezar a construir se necesita dinero y no hay nadie que te apoye
financieramente para hacerlo...
PdI: Igualmente
nada desanima al artista ¿no?
No igual, igual.
Siempre se busca un lugar dónde ensayar y dónde presentar la obra y
siempre hay gente... jóvenes sobre todo, que se interesan por esto.
Y eso es lo más importante, traer a los jóvenes con nosotros para
mantener nuestra cultura porque en cierta forma estamos tratando de
salvaguardar nuestra identidad como cultura uruguaya, si podemos
decir que tiene una forma de ser la cultura uruguaya, una identidad
propia. Yo creo que la sigue buscando más allá de la generación
del '45, etc. etc. no vamos a entrar ahora en esas discusiones de
identidad literaria o cultural pero... bueno. Yo creo que seguimos en
la búsqueda y eso es lo más importante de todo.
NOTA: J.D.S. Para
Poetas del Interior
(Siempre) Generando
DESDE el interior
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